lunes, 5 de febrero de 2018

Una barca de piedra (volcánica)

Foto de la NASA
La verdad es que estoy teniendo bastante fortuna con los libros que me trajeron los Reyes; cinco títulos que he decidido ir alternando con las cinco Quercus que me traje también desde Orense. El primero, Robo al amparo de la ley, que me gustó mucho más de lo que esperaba en un principio. He dado buena cuenta ya de todas las novelas de Waugh, y me dedicaré ahora a seguir tachándome títulos de sus obras de no ficción. Y ayer noche despaché Ascension: The Story of a South Atlantic Island, que me ha gustado incluso más. Si recordáis, ya os había contado hace casi dos años la historia de por qué Green Mountain (evidente en la foto) se llama así. El libro trata también al detalle la historia de la creación artificial de ese bosque, claro, pero imbuida dentro de una epopeya de lo más entretenida: en vista de que nadie se lo había apropiado antes, el Reino Unido envía en 1815 un barco y una guarnición a tomar posesión de esta isla descubierta por un orensano tres siglos antes, con objeto de evitar que alguien la utilizase como puerto desde el que planear el rescate del prisionero más famoso de la "cercana" Santa Elena. Y en la isla se quedaron, aprovechándola después como fondeadero de emergencia y como base desde la que lidiar con piratas y con barcos esclavistas. Isla que durante más de un siglo, para evitarse complicaciones, los ingleses registraron en sus libros como un barco; una nave de roca volcánica, con su capitán y su tripulación, dependiente directamente de la Marina. Una nave que tuvo una serie de capitanes a cada cual más industrioso e imaginativo, que fueron consiguiendo a lo largo de las décadas convertir un peñasco sin agua en un lugar habitable. Pues eso, que me ha gustado mucho...

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