jueves, 1 de febrero de 2018

Más meteorito que meteoro

Si algo tiene la meteorología de Bloemfontein es una especie de extraña monotonía: cada día es muy igual al anterior, y el cambio entre la época fría y seca y la cálida y húmeda que tenemos ahora fue muy progresivo, sin apenas esos días locos tan habituales en la primavera y el otoño peninsulares. Pero ahora que estamos de lleno en la estación de lluvias, si bien la monotonía entre días se mantiene y casi siempre pasa lo mismo, es dentro de cada día donde la cosa ya se desmadra: empezamos invariablemente con un sol radiante, y a partir de mediodía empieza a soplar del oeste un viento cada vez más sostenido, empiezan a llegar nubes de aspecto cada vez más amenazador, y termina por estallar ya al caer la noche una tormenta tan violenta como breve. Y más veces de las que nos gustaría, precediendo a la tormenta de agua llega una de polvo: 


La foto de abajo, en grande:

Pavoroso, pero por suerte una hora más tarde llega el agua y lo limpia todo. Menos el interior de la casa si uno ha dejado una ventana abierta, claro. Y el de los pulmones. Un día de estos coceré cerámica a partir de mis mocos...

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