lunes, 13 de noviembre de 2017

Un domingo de bota-nico (I)

Ayer por la mañana, a falta de una salida al campo más espléndida, subimos Juan, Joaquín y yo, con Duygu y Christina, a dar una vuelta por el Botánico. Ya vais viendo que nos movemos, cosa curiosa, con varios investigadores del "departamento de lingüística" (no sé cómo se llama de verdad, lo siento:esta Christina es de hecho la directora del departamento, pero contrariamente a lo que sucedería en muchas otras partes, no es una catedrática bien asentada, sino que, teniendo más o menos nuestra edad, el puesto de trabajo que solicitó venía con esa carga, la de ser directora; ya se ve que para la mayor parte del mundo (para todos los que lo intentan hacer bien, me atrevería a decir), es más una carga que un cargo, y una de la que escapar en la medida de lo posible.

Recordaréis mi otra visita al Botánico, con los alumnos de Zonas Áridas (aquí, y aquí): nada más llegar nos pusimos a recorrer la senda que bordea el contorno del jardín, subiendo y bajando la ladera, antes de que apretase demasiado el sol (sin mucho éxito, pues caía de lo lindo ya). Todo lucía aún seco; de hecho más que cuando vinimos, pues ya se habían pasado las flores de los aloes y de otras especies que medran en el límite entre el invierno y la primavera. Los árboles repollo Cussonia paniculata al menos sí estaban en pleno crecimiento, salpicando aquí y allá el monte con sus penachos de hojas glaucas.

Pasamos por alguna zona que no había visitado aún, como un espacio abierto de pradera; muy seca también, pero a ver si algo más adelante luce florida, y si se deja ver algún pajarillo interesante...

O alguna otra especie de tortuga. Parece mentira: ver una tortuga de tierra en España me haría dar palmas con las orejas, igual que hice al ver en el Kruger mi primera tortuga leopardo Stigmochelys pardalis; pero la verdad es que cuando dicen los libros y la gente que esta especie es común en Sudáfrica, es porque lo es realmente...

El arroyuelo casi seco que alimenta las aguas del mermado embalse del Jardín no se veía apeas, cubierto de espadañas y carrizos. Pero es justo en este tipo de ambiente sudafricano: los arroyos con carrizales y bosque galería de acacias y karees, en zonas por lo demás áridas, donde vive un pájaro que para nada esperaba tacharme ayer; tanto menos en cuanto que es de los discretos (siendo generosos con su plumaje)...

... pero resultó que la prinia namaqua Phragmacia substriata tenía un canto simple y muy distintivo, que ayudó mucho en el proceso de ponerle nombre. Lo de "Phragmacia" es un portmanteau de los géneros Phragmites (los carrizos) + Acacia, indicando como os he dicho el hábitat que le gusta.

Y bueno, ya que a un jardín botánico fuimos, pues habrá que poner alguna foto de plantas, ¿no? Una Grewia occidentalis, "crossberry" ("bayas en cruz"), un arbusto medianejo de flores suficientemente reconocibles a pesar de que, ejem, la planta no tenía cartelito... no se puede decir que se lo pongan a uno muy fácil, no.

4 comentarios:

  1. Aquí en Galápagos las tortugas terrestres son de lo más común y no por ello menos magnifico ;p

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    1. Jeje... tienes tu punto. Supongo que a lo que me refiero es a que, habiendo tantas especies de tortuga terrestre en Sudáfrica como hay, me fastidia que siempre veamos la misma. Pero no por ello deja de ser un gusto, la verdad.

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    1. ¡Tus cussonias, pobrecitas ellas, que las obligas a crecer con el ciclo de lluvias cambiado! :-p

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