martes, 31 de octubre de 2017

De laico a obispo del tirón...

 Hagamos una pausa en las entradas sobre Mokala, que no todo van a ser bichos en este blog... Entre las tareas que me ocupan estos días, está la de solicitar que se me acredite como investigador por parte de la agencia de investigación sudafricana (National Research Foundation). Más allá de lo que pueda presumir de ser un investigador acreditado de categoría 'X', lo interesante era que estas acreditaciones venían con premio (al contrario que en España las de la ANECA, que lo único que te dan son dolores de cabeza): durante los cinco años que dura la evaluación (luego caduca y hay que renovarla, otra diferencia con la ANECA), la NRF te da una cierta cantidad de dinero para investigar, según la categoría alcanzada. Y como en mi grupo andamos faltos de liquidez, pues mejor contar con dos investigadores acreditados, y no solo mi jefe. Pero sucede que parece que los criterios para acreditarse son un tanto laxos, y al olor de ese dinerillo son legión los 'investigadores' que piden acreditarse. Eso ha llevado a que de repente (de repente por falta de previsión, claro) la NRF se haya quedado sin fondos para estos complementos, de modo que justo este año han decidido suprimirlos... qué puntería tenemos. Pero bueno, yo la pido igualmente, no sea que acaben consiguiendo dinero otra vez.

Y al empezar a registrarme en el sistema, me he encontrado con mi viejo amigo el menú desplegable, y sus múltiples opciones de lo más peregrinas:

Me ha tentado la idea de inscribirme como Lord, y a ver cuánto tardaban en hacerme preguntas... Nah, ya en serio, este menú es un reflejo bastante curioso de la importancia que le dan aquí a los títulos, que vi ya casi desde el principio, cuando al ir a abrir una cuenta, al darse cuenta en el banco de que era un Dr., todo fueron gentilezas y miramientos (que no se tradujeron en más eficiencia, por otra parte...), o al ver que aquí los alumnos se dirigen siempre al profesor correspondiente con el título que toque, porque a su vez el profesor se pica si no se le llama como se le tiene que llamar... Eso por una parte; por la otra, me fastidia lo que comenté en la otra entrada: que a base de dar opciones uno acaba dejándose siempre cosas fuera. ¿Qué pasa si quiero poner Ingeniero, como se estila tanto en América? ¿Y cómo es que llego a ser Bishop sin ser antes Reverendo, o Pastor, o Ministro o algo más? Con lo fácil que sería dejar sin más un espacio a rellenar. Tiene que haber aquí detrás algún detalle sociológico guapo que no sé verbalizar...

2 comentarios:

  1. Por pedir que no quede, no. jeje

    Me resultaría gracioso ver lo del banco pero.. si no se traduce en más eficiencia, un buen café un masaje o así.. pues mal. jaja

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