domingo, 4 de junio de 2017

La cruz (del sur)

Imagen de aquí
Tenemos una alumna, Charissa, que estudia además Fisioterapia, y se pasó esta semana por los despacho buscando voluntarios para unos "experimentos de elasticidad". Voluntario me presté, y aunque preveo aparatos semejantes a potros medievales y mucho dolor, de momento el voluntarismo vino premiado con una entrada para una exhibición que hubo ayer en el planetario de Bloemfontein. El planetario se ubica en lo alto de una colina (Naval Hill) situada al este de la ciudad, vallada toda ella, pues es además reserva de fauna (hay jirafas, avestruces, cebras y algunos antílopes variados; aunque a las horas a las que fuimos ya no había luz para ver nada). El planetario fue hasta 1974 un observatorio astronómico "de verdad", con su telescopio, pero ahora alberga solo un anfiteatro donde se proyectan, en el techo curvo, vídeos sobre el espacio. El que fuimos a ver ayer hablaba en general de las galaxias, y de las peculiaridades de la nuestra en particular. Nada que me interesase mucho, pues (no sé si ya lo he dicho más veces) los asuntos espaciales nunca me han interesado gran cosa... pero bueno, me gustó una animación de cómo el los planetas de nuestro sistema solar no se mueven en "órbitas planas" alrededor del Sol, sino que, como a la vez nos movemos en torno al centro de la galaxia, en realidad los planetas describen vórtices. También me gustó ver por vez primera, primero en el planetario, y después al salir al natural, la Cruz del Sur: uno de esos ítems astronómicos que le suenan incluso al más lego...
El vídeo, que no tenía voz en off de por sí, sino que era narrado en directo por una señora, dedicaba bastante esfuerzo a intentar epatar con lo inmensamente grande que es todo, lo inconcebiblemente lejos que queda todo, y lo miserablemente pequeña e insignificante que es la Tierra. Y ciertamente lo es pero, como pensaba hoy en Misa*, los últimos serán los primeros, y ha sido precisamente esa mota minúscula de polvo espacial la que el Señor creador de todo escogió como a la niña de sus ojos. Qué orgullo pues, vivir en el centro del Universo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario