miércoles, 29 de junio de 2016

Garduñas urbanas

 Alguna vez os tengo comentado que muchos de mis libros de naturaleza de crío, traducciones de obras centroeuropeas, hablaban a veces de cosas que, desde un punto de vista peninsular, sonaban bastante marcianas. Una de ellas era la presencia habitual de depredadores medianos, como zorros o garduñas, en los parques grandes y zonas del extrarradio. Y no digo yo que no haya zorros y garduñas en, qué sé yo, las urbanizaciones de Las Rozas en medio del monte, pero lo que es en el Retiro... claro, luego uno viaja un poco, ve cómo son las ciudades de por aquí: mucho más verdes, con más parques, y éstos mayores y con mucho árbol grande; y ya entiende todo mejor. De ahí que el viernes pasado (más bien el sábado, a las dos y media de la madrugada), cuando llegaron Raquel y Vero en el coche de alquiler del aeropuerto de Lyon a mi casa, me dijeron al subir emocionadas que habían estado un rato persiguiendo precisamente una garduña que se paseaba por mi calle...
A propósito de las garduñas, de hecho, mencionaban mis libros un problema la mar de curioso: que muchas veces les daba por meterse a dormir al abrigo del motor de los coches, metiéndose por los bajos del vehículo, con consecuencias normalmente funestas tanto para el pobre bicho como para el auto; y recomendaban mirar bien bajo el capó antes de arrancar, sobre todo en invierno. De todas maneras, los coches representan para la fauna un peligro mucho más evidente, que es el de los atropellos. Y a esta pobre diabla me la encontré muerta en la acera esta mañana al venir a la facultad... qué penilla, la verdad.


martes, 28 de junio de 2016

"Alcotán sobre gravera"

Una hembra de Orthetrum cancellatum. Creo.
Con todo lo pesado que se me hace a veces Manolo García, he de reconocer que me admira cómo, en muchas de sus canciones, es capaz de condensar horas que se intuyen de observación concienzuda de la naturaleza en un verso. Alcotán sobre gravera*, por ejemplo: tres palabras que evocan paisajes veraniegos de masas de agua, las orillas flanqueadas de orlas de espadañas y carrizos, de chopos y otros árboles. Y volando con agilidad casi a ras de agua el halconcito de los pantalones rojos, sembrando el pánico entre los aviones zapadores, o dando buena cuenta las más de las veces de libélulas como la de arriba, capturadas de un golpe de talón y consumidas en pleno vuelo. Alcotanes como el que vimos el sábado (primer día que salgo al campo en cuatro meses y en la misma compañía) volando sobre uno de los estanques que, al borde de un bosque centenario, surtía de pescado a los monjes cistercienses de una abadía vieja como el bosque. Libélulas como la de arriba, que descansaba posada en uno de los caminos que a través del bosque conducían al estanque. Una sola de las múltiples observaciones interesantes de este fin de semana, que ha dado para tanto. Tened paciencia, que en breve habrá más.

* Tan contento estaba yo de poder dar salida en una entrada a una frase que me encantaba desde hace años, cuando voy y, al buscar la canción para enlazarla, descubro que no dice "gravera", sino praderas....

viernes, 24 de junio de 2016

A las puertas de la Arcadia

Wikifoto
Amanece San Juan, y por los jardines de todo Dijon los hipéricos, con toda justicia llamados "flores de San Juan", asoman sus cabezuelas doradas al sol. Al sol, y digo bien, pues tras un inicio de verano pasado por agua, llevamos dos días de calor y manga corta... que acaban esta tarde, cómo no, para fastidiarnos a todos: a la primera lagartija que veo en Dijon, que precisamente se escondió asustada bajo un hipérico cuando pasé corriendo a su lado, tanto el miércoles como ayer. A mí, que me da que me voy a pasar tres meses esperando a que llegue el verano de verdad, el de los osos de peluche bienhumorados. Y a mis visitantes (me libro por un par de días de estar always alone...), Raquel y Vero, que se plantarán aquí Dios mediante esta noche, para que pasemos un fin de semana de campo, y me temo que en parte por agua también. Bienvenidas sean en todo caso, claro que sí; ya os contaré qué tal se nos da...

jueves, 23 de junio de 2016

Desunión europea

Igual a alguno ya se os ha olvidado, pero a mí me parece que fue aún hace nada el referéndum en que Escocia decidió seguir formando parte del Reino Unido; y ya han pasado casi dos años... Toca hoy referéndum otra vez, ¡qué tíos! ¡Qué poco miedo tienen a lo que pueda opinar la gente! Toca hoy votar, y mañana sabremos si se quedan en la UE, o si ésta comienza a desintegrarse... ¿Qué opino al respecto? Hace unos años lo habría tenido meridianamente claro: yo, que cuando nací aún estaba España fuera de la CEE, he sido desde que tengo uso de razón (los 18 o los 20 años, algo así...) un europeísta convencido. Pero defensor de la Unión tal cual la soñaron los padres fundadores, movidos muchos de ellos por una religiosidad profunda: una Europa unida como garante de la paz, una Europa donde la riqueza de unos aliviase las carencias de otros, para que todos finalmente viviesen con comodidad... ¿y queda algo de eso, hoy en día? Europa empezó a irse al garete cuando se le dejó a los estados salirse con la suya y no querer actuar al unísono con la integración en el euro y otros asuntos... el fin empezó cuando la gente quiso empezar a quedarse sólo con lo bueno y dejar de arrimar el hombro. Cuando sólo preocupa lo económico, ¿con qué cara le va a decir un gobernante a sus gobernados "es verdad el runrún: perdemos dinero estando en Europa. Pero es dinero que destinamos a ayudar a otros europeos"? ¿A quién, sino a los que de tan idealistas se les tacha de idiotas, le interesan ahora "los otros"? Normal que, dentro de una dinámica donde sólo preocupa a todos chupar del bote, aquellos a los que les toca llenarlo decidan no seguir jugando, por reprobable que me parezca. Y una Europa de egoístas... como que ya no me gusta tanto.

lunes, 20 de junio de 2016

Gallinas, gallos y viceversa

 Hablaros ayer de distinguir animales y de Bola de Dragón me trajo a la memoria otro recuerdo zoológico infantil (ligerísimamente) relacionado también con dibujos japoneses... En algunos momentos en verano de pequeño me dejaban aparcado en la aldea, en casa de mis abuelos, a mí solo; recuerdo especialmente un periodo bastante largo creo que a los ocho años... La verdad no es que lo disfrutase demasiado: con el miedo que tenía de perros y vacas no me atrevía a zascandilear por la calle yo solo, y en las horas centrales del día, mientras mis abuelos dormían la siesta, yo me aburría como una ostra. Podría deprimiros con relatos de horas interminables pasadas fastidiando a las hormigas, hundiendo cosas en el chapapote derretido de calor de la carretera para que fosilizasen, moliendo en el desván toda clase de cosas con un molinillo de café de manivela (desde alubias hasta pinzas de la ropa) o leyendo una y otra vez los dos únicos tebeos que había en la casa (un Mortadelo y otro sólo del Botones Sacarino)... pero no, voy a hablaros de gallinas. O mejor dicho, de pollos: en casa antes de que la reformásemos había dos gallineros, el "nuevo", donde pasaban las gallinas todo el año; y el "viejo", que sólo se empleaba en verano para engordar pollos para comer. Puestos a contar miserias, diré que de pequeño me daban también cierta cosa las gallinas, y no me atrevía a entrar solo en el gallinero a ver si había huevos por si decidían atacarme. Pero verlas desde fuera y darles de comer cuanto bicho encontraba por la huerta sí resultaba muy entretenido... pero bueno, que me desvío, y era de los pollos de lo que yo quería hablar. Ese verano eterno, fuese el de los ocho años o el que fuese, pasé muchas siestas mirando el grupo de pollos (por culpa de la mierda del Tour quitaban los documentales de la tele...), y comprobando en directo cómo funcionaba eso del orden de picoteo que yo ya conocía por mis libros de animales. Llegué a distinguir los pollos, y como eran cinco, en un alarde de originalidad y atendiendo a la jerarquía del grupo los bauticé con los nombres de los personajes de Doraemon, de forma que Xigante era el líder indiscutible, luego Suneo, Doraemon itself, aunque chico era Sisuca uno que solía librarse de los picotazos, y por fin Nobita, al que todos pegaban. Criaturas...

Y ya que saco el tema de los pollos... ¿os acordáis de cuando os hablé de los pañales para gallinas? Pues he encontrado un accesorio "gallinoflauta" aún mejor: el silenciagallos:

El modelo sencillo puede complementarse con una pajarita...
Viene a ser un collar como el de un perro, de velcro, ajustable, que se le coloca al gallo de marras en el cuello para que, al poder inflar menos los sacos de resonancia, el kikirikí suene mucho más atenuado; ideal para evitar problemas con los vecinos si tienes un gallo de ciudad... toma I+D+i.

domingo, 19 de junio de 2016

Vecinos de calle

¿Es cosa sólo de los naturalistas, o el resto de la gente también se fija? ¿O más bien el gusto por observar la naturaleza nace con más facilidad en aquellos que, de forma natural, van por la vida mirando, y no solo "viendo"? A medida que acumulo días y rutinas, voy disfrutando del placer indefinido de la familiaridad: disfruto por ejemplo viendo que hay cada vez más gente que me suena en el tranvía por las mañanas, a pesar de que no necesariamente coincidamos a diario, ya que pasan cada cinco minutos y según el día me doy más o menos maña en salir de casa. Me gusta hacer el ejercicio de tomar consciencia de que, inconscientemente, voy ciertos coches que por algún motivo me han llamado la atención, y que suelen estar aparcados en los mismos lugares. Y llevando ya el agua a mi molino, disfruto por fin cuando termino por percibir esa cotidianeidad también en el mundo natural: por simplificarlo a un nivel de Disney, los animales también tienen sus casitas, e incluso aquellos que no defienden como propio un territorio no van vagabundeando alegremente por esos mundos de Dios, sino que llevan la misma vida rutinaria que nosotros. Evidentemente no nos es sencillo distinguir un gorrión de otro, pero haced la prueba por ejemplo con las palomas, que como las hay de muchos colores es más sencillo individualizar alguna, y veréis cómo enseguida descubrís que hay muchas que "repiten esquina" día tras día. Y luego venís y me contáis si eso, como a mí, también os hace sonreír...

PD. Este desvarío que os endiño hoy por entrada tiene un "culpable": un mirlo que canta mientras desayuno, una de cuyas estrofas suena igual que el arranque de la canción de Bola de Dragón: el verso de "Vamos con afán" (o en gallego, "Temos que buscar"), segundo 11.

sábado, 18 de junio de 2016

Dos ojos

Ya no recuerdo si sigue expuesta, tras la remodelación, pero cuando el MHN "Luis Iglesias" estaba aún en el sótano de la Facultad de Química de la USC, una de mis vitrinas preferidas era la que mostraba una pelea entre un búho real Bubo bubo y un busardo ratonero Buteo buteo, que hacía las veces de cazador cazado... Y recordé la escena al ver el vídeo que os enlazo: un nido de busardos moros B. rufinus (que suelen criar en cortados rocosos en vez de en árboles, como los ratoneros, pero para el caso lo mismo da) en Israel, con unos cuantos volantones ya casi tan grandes como el progenitor que duerme con ellos. Progenitor que mira a cámara desconcertado al final del vídeo, sin saber como nosotros sabemos que son dos ojos los que lo han despertado...

viernes, 17 de junio de 2016

Deb4te

Alcanzamos hoy el ecuador de la campaña electoral y, tras mi declaración de intenciones del sábado pasado, podríais con justicia preguntarme qué me iba a mí en ver el lunes el debate entre los cuatro candidatos. Pues nada, supongo: una suerte de sentido de la responsabilidad civil... eso, y estar en condiciones de entender todos los tuits y demás chascarrillos al respecto que llevan toda la semana circulando. Intenté verlo en directo, pero ya fuese por culpa de la web de RTVE, ya por culpa de mi conexión, la señal se estaba perdiendo todo el tiempo; de modo que decidí verlo a posteriori por Internet. Y al buscarlo en YouTube... me encontré con que había un debate de cuatro mucho más famoso. Y tampoco es que me apasione la bachata, pero en comparación con las cosas que se dijeron en el otro...

jueves, 16 de junio de 2016

Chapuzas domésticas

Así creí que iba a ser...
 Entre las responsabilidades aparejadas a la vida en solitario, está por supuesto la de cuidar del hogar. De modo que, al notar que el desagüe del lavabo de mi baño tragaba cada vez peor, resolví que el hombre de la casa tenía que ocuparse del tema.

 Me armé de todo un arsenal de remedios caseros, y me puse manos a la obra con entusiasmo el fin de semana: ataqué primero con un alambre en gancho, por ver si pescaba pelos o cualquier otra cosa desagradable que el anterior inquilino me hubiese dejado de recuerdo... como por ejemplo un pedazo de metal inidentificable que estaba allí metido y varios bastoncillos del los oídos, que ya hay que ser cerdo para tirarlos por el lavabo. Pero ni con el alambre, ni con un chupón, conseguí realmente desalojar algo que justificase el atasco. Y dado que vivimos en una zona con agua caliza, supuse que el problema venía de la cal acumulada en las cañerías, así que tiré de bicarbonato y vinagre caliente, que estuvo un buen rato burbujeando con alegría, como veis arriba....

 ... pero todos mis desvelos no sólo no arreglaron el atasco, sino que lo empeoraron notablemente. Y a mayores, al poner después una lavadora, descubrí con horror que el atasco se había multiplicado, y que al ponerse ésta a desaguar se dedicó a echarme todo lavabo arriba.

 Esto me pasa por meterme a manitas... imagino que lo que hice fue soltar bastante mierda acumulada, eso sí, pero que en vez de irse corriente abajo lo que hizo fue acumularse algo más allá en la cañería, y formar un tapón de verdad. Total, que me tocó avisar a la agencia para que ayer por la tarde mandaran al fontanero y que un profesional desficiese el entuerto en que me había metido yo solito.

... y así es como terminó siendo
Vino el chico, casi un niño aún, con la L en la furgoneta y todo; y solucionó el tema en un periquete al revés de como lo estaba intentando yo: en vez de intentar empujar todo desagüe abajo, usó una aspiradora para absorberlo todo. Y no sé si saió "todo" o no, pero sí sacó un buen montón de costras de cal y metálicas, todas en reunión, y el lavabo ya funciona con normalidad. Bien por él, y yo... yo mejor me sigo dedicando a las currucas, porque está visto que para lo técnico...

miércoles, 15 de junio de 2016

Aniversario mostacero IV

Y con éste ya son cuatro los meses en Francia: a las puertas hoy de un verano que no se decide a asentarse. Tras permitirnos disfrutar la semana pasada varios días de la manga corta, desde el viernes han vuelto las lluvias y el frío; ya no recordáis lo que es eso por ahí abajo, según parece... Llega el verano en cualquier caso, y tanto Dijon como Madrid levantarán un poco el pie del acelerador. Y cuando la ciudad está al ralentí, es el momento de aprovechar para hacer la puesta a punto del Metro: este año os quedáis sin la línea 1. Adiós, Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal... id desempolvando y echándole cebada al caballo de cartón.

lunes, 13 de junio de 2016

Cerezas y trigo

Al ducharme ayer después de correr, de repente me sentí transportado a... ¡Vilar de Barrio! ¿Por qué de repente, sin comerlo ni beberlo, me daba por pensar que estaba en la aldea? Ni siquiera pensarlo, sino que realmente sentía que estaba allí... Tardé un poco, pero me di cuenta al fin de lo que pasaba: el olfato, y sus manías evocatorias. Acababa de tirar una botella vacía de gel y de estrenar otra, de "extracto de germen de trigo" (¿por qué no? No penséis que le hago mucho caso a los distintos tipos de jabones, más bien me hace gracia irlos probando todos), y ese gel resultó ser el mismo, o al menos oler igual, que el que durante años (es lo que tiene, usarlo sólo un par de semanas al año) estuvo en mi baño en la casa de la aldea... Aldea donde hoy espero estarán celebrando a mi patrón, sacándolo en procesión con unas cuantas cerezas colgadas de la mano. Cerezas de las bicolores, que se suelen o solían ver por Galicia; o de las "normales", tanto me da. Van bastante caras aquí en el supermercado, pero ¡qué antojo me está entrando...!

sábado, 11 de junio de 2016

Un mundo de (¿qué?) colores

- ... es como si de repente el servicio de noticias de tu móvil empezase a vibrar alocadamente diciendo "¡¡NOTICIA BOMBA!! ¡¡DESCUBIERTO HUMANO SIN COLA!!" y tú, con la cara torcida, te quedases pensando "¿y entonces yo qué narices soy?"...

Cuando el diablo no tiene que hacer, con el rabo mata moscas... o se ocupa en alguna otra tontería. A veces, cuando pongo el piloto automático y dejo que la cabeza se me vaya trotando un poco alocadamente por ahí, como cuando sueltas en el campo un perro de piso; acabo pensando en si el resto de la gente ve el mundo como yo. Y no me refiero a sus convicciones filosóficas, sino, literalmente, a si lo ven igual: sabemos que en el cerebro de los daltónicos ciertos colores se mezclan y resultan indistinguibles, ok, pero a veces me pregunto yo, ¿lo que yo veo como amarillo, otra persona lo verá azul? Sabiendo los dos identificar perfectamente ese color, sea el que sea, como "amarillo", porque así nos dieron que se llamaba de pequeños ¿Si yo pudiese ver dentro de la cabeza de esa persona mientras imagina una playa, me encontraría tal vez conque, según mis esquemas, su agua es verde, su cielo rojo y su arena morada...?
Esta reflexión es una bobada que no lleva a ninguna parte, pero siguiendo un poco en la misma línea, me maravilló descubrir hace unos días que existe una... "condición" no creo que se le pueda llamar enfermedad) llamada "afantasía", cuyos poseedores no pueden visualizar imágenes en la mente. Ese "perro de piso" que describo al principio de la entrada, que a vosotros os habrá evocado una imagen, en su cabeza se manifiesta sólo como si una voz en off fuese leyendo lo que yo he escrito. El artículo de Facebook que yo leí, del que saqué la cita con que comienza esta entrada, es de una persona que se dio cuenta de que lo de "contar ovejitas" no era una forma de hablar por primera vez a sus 30 años, y que lo contaba con mucha gracia; pero ahora mismo no parece funcionar. Os lo dejo enlazado en todo caso, por si las moscas, y a mayores otro más, para mayor seguridad.

viernes, 10 de junio de 2016

Por qué no voy a votar a Ciudadanos

- 10 de junio: ya estamos de nuevo en campaña electoral; ¿lo echabais de menos, o no habéis llegado a daros cuenta de que haya cambiado algo desde hace meses? Puede que, a los cuatro gatos que aún seguís leyendo esto, os haya sorprendido algo el título de esta entrada, ya que en mis casi diez años de bloguero no me he prodigado especialmente hablando de política, pero una vez al año no hace daño... 
- Mejor empiezo tal vez explicando por qué  voté a Ciudadanos en diciembre. Empiezo con una pregunta: los que me conocéis medianamente y no de pasada, ¿qué creéis que voto de forma habitual? Lo poco que hablo de política en el blog es un reflejo incluso distorsionado de lo prácticamente nada que hablo de este tema en persona, por pudor o por lo que sea, pudor que pierdo un poco cuando en vez de una cara sólo tengo delante un teclado, así que no es que vaya por ahí declarándolo abiertamente... de todas maneras, como me veis católico y relativamente modosito, no me extrañaría nada que dijeseis "al PP". A fin de cuentas, en nuestro país el ideario conservador con el que mentalmente se asocian las convicciones religiosas, si además son no nacionalistas no parecen tener otra opción disponible... o una opción realista al menos, que no suponga por obra y gracia de D'Hondt tirar los votos a la basura. Esa suerte que tienen en el PP: que se han podido colgar la etiqueta que les conviene de "democristiano" como si dijéramos por aclamación popular, sin que hayan pasado la vergüenza de tener que definirse como tales (el PP no funciona por ideales, sino por dejadez y complejos: en lo económico manda Europa y punto, y en lo moral, cuando alguna de sus políticas parece tener en la calle más detractores que defensores, pues por vergüenza la cambian y santas pascuas, y dan un paso más hacia la integración como PPSOE). 
- Volviendo a la pregunta en cualquier caso, os diré que os equivocáis desde hace 12 años: el 14 de marzo de 2004, las elecciones tras el desgraciado 11-M, es la última vez que voté pensando en que "pero claro, ¿y a quién voy a votar si no...?". En 2004, y a medida que la Universidad y los (aún pocos) años me iban quitando el pelo de la dehesa, es la última vez que voté a un partido que se ha transformado en un esperpento: los humoristas no caricaturizan al PP, lo describen. ¿Y qué he votado desde entonces? Pues otra cosa que descubrí en Santiago: Solidaridad y Autogestión Internacionalista. No estoy de acuerdo con todos los detalles de su ideario (supongo que me habría afiliado, si no), y si mañana descubro una opción que me guste más, me cambio (me interesa más la fidelidad a las ideas que a las siglas); pero a día de hoy son los que mejor me podrían representar... si en España el voto de cada persona tuviese el mismo peso, y no se asustaran muchos, y dejasen de votar lo bueno por votar lo "útil".
- Y es por eso por lo que en diciembre voté a Ciudadanos: porque había que aprovechar el tirón de "los emergentes" y sus promesas de romper radicalmente con lo viejo, ayudarles todo lo posible para que tuviesen el peso suficiente como para cambiar la ley electoral, y entonces ya poder volver a votar a gusto. ¿Por qué Ciudadanos y no Podemos? Bueno, ideológicamente me atrae más el concepto de "cambio sensato" que el de "asaltar el cielo", y a mayores me gustaban cosas concretas como echar el cierre al Senado y a las Diputaciones.
- ¿Y qué ha pasado de diciembre a junio, para que ahora haya decidido no votarles? Pues lo principal, y aquí voy a romperos un poco la cintura con la respuesta, que me he venido a Francia, y que el desencanto acumulado a lo largo de estos meses hace que haya pasado de gastar un día de trabajo y el dinero que me habrían supuesto ir a Lyon al consulado a solicitar votar por correo. ¿Y si aún siguiera viviendo en Madrid...? Pues no sé qué habría, pero desde luego me costaría bastante más decidirme, ahora que con joyas como los abrazos a los refugiados y el odioso vídeo "de la coletilla" están haciendo como el PP, identificándose con su caricatura... pero oye, a fin de cuentas, es un dilema que no voy a tener. Y no os envidio la ganancia.

jueves, 9 de junio de 2016

¡Caramba con la Clanga!

Ya me perdonáis el título de esta entrada, al estilo de Ibáñez... y que sea cortita, y además de un tema casi repetido: pero es que me siguen haciendo mucha gracia los casos de aves que cualquiera desearía tacharse y que uno sabe dónde están sin que nadie las haya visto, gracias a las tecnologías de seguimiento remoto. Recordáis por ejemplo el caso del primer halcón sacre citado en España, o el del águila imperial oriental que captaron las cámaras de un muladar... De otra águila rara quiero hablaros hoy, rara porque desde Lituania donde nació debería haber migrado hacia el SE en vez de hacia el SO, y rara porque además resulta ser un híbrido entre dos águilas, un macho de moteada Clanga clanga y una hembra de pomarina C. pomarina, raras a su vez las dos en España. El bicho en cuestión pasó por media España en sus viajes de ida y vuelta a las zonas de invernada, incluso por el medio y medio de Madrid, sin dejarse ver. Y entremedias le sucedieron un montón de cosas, muy bien relatadas en este otro blog. Con esa entrada os dejo.

miércoles, 8 de junio de 2016

Nidos de serpientes

Ya, ya sé que me repito más que el ajo, pero es que es superior a mí esto de ver a unos pobres bichos sufriendo por culpa de atavismos paletos; ¡cada verano la misma historia (I, II, III...)! Y este año, yo por mí pasaría... pero es que la noticia llega directamente desde Orense, y encima con entrevista y todo.

La Avenida de Portugal según los vecinos.  Dramatización. (Foto de aquí)
En fin, pobre hombre, que hasta a Ciudadanos ha llamado (¿? Imagino que querría decir "Protección Civil, pero a saber...) y nadie les hace caso. "Los expertos dicen que no son peligrosas, pero que le pregunten al que le muerdan"... me pone malo, la verdad. Supongo que si "los expertos" apoyasen su idea preconcebida de que las culebras son agresivas y peligrosas, entonces sí los citaría con nombres y apellidos, y no con sorna. ¿¿Pero a quién van a morder, hombre?? Al que las coja en la mano, y probablemente ni aún así. Las culebras no van por ahí enfadadas, con mala idea y buscando meterse en fregados y hacer daño. No hombre no; eso sólo lo hacemos los humanos...

domingo, 5 de junio de 2016

Telón amarillo

 Con junio ya comenzado y el verano a las puertas, en Madrid la Sierra (y muchas otras sierras) se visten de amarillo: estalla la floración de los piornos, y por supuesto alguno de los números de EMNMM debía hacerse cargo de ello; éste de junio, por ejemplo. Pocas sierras vestidas de amarillo veremos aquí, en estas planicies de Molière donde además no para de llover. Subid pues al monte por mí...


sábado, 4 de junio de 2016

Césped o prados

 Al norte de mi facultad, hacia el hospital, hay una gran explanada ajardinada, con algunas filas de árboles y arbustos, y hierba, mucha hierba. Que no césped. La zona está dejada "a monte", cosa que me alegra un montón. Ya sabéis, por todas las veces en que he hablado del pequeño prado por donde pasaba en Ciudad Universitaria, lo que me gustan estos ambientes. Me gustan sobre todo por la gran cantidad de vida que meten dentro de una ciudad; nada que ver con las anodinas alfombras de césped, donde casi se agradece que una mierda de perro rompa con la monotonía del conjunto. Cierto es que la gente en general no suele mirar con buenos ojos este tipo de ambientes, que enseguida generan quejas por "descuido" contra la gestión municipal (ejem, ejem) y que no creo que llegue a ver nunca en los parques de dentro de las ciudades. Pero en las zonas de las afueras ya es otro cantar, y me ha alegrado entrarme de que el Ayuntamiento/Concello de L/A Coruña se muestra favorable a este tipo de ambientes, al menos en los alrededores de la Torre. A ver si cunde el ejemplo...

jueves, 2 de junio de 2016

"¿Qué hay en la caja?"

 El profesor mayor de mi grupo es el responsable de una serie de cajas nido (de las buenas, de cemento-madera) que se ven en los jardines de Dijon, un poco por toda la ciudad, donde crían carboneros y herrerillos comunes. Le pregunté si no había también gorriones molineros, que es con enorme diferencia el principal ocupante de las cajas cutrecillas que regala(ba?) el Ministerio en Ciudad Universitaria, de las que ya os he hablado muchas veces. Me dijo que no, que ése era un bicho que dentro de Dijon ciudad no se veía (de lo que doy fe), y a partir de ahí se me fue un poco la cabeza a otra parte, y me puse a pensar en si por el mundo adelante, al menos en los países con mayor nivel de vida, la gente también se dedicaría a poner cajas nido en sus jardines, y de ser así, qué entraría en ellas... En realidad la respuesta sí la sabía, al menos a medias: sabía que en Norteamérica es un fenómeno tan común como aquí. Y que tienen sus propias especies de carboneros, como nosotros aquí, pero además alguna curiosidad añadida: una son los azulejos, unos pequeños túrdidos del género Sialia semejantes a un colirrojo y grandes amantes de las cajas nido. En España es que hay pocos colirrojos reales, pero por Centroeuropa adelante no es tan raro verlos ocupando cajas... lo que sí que no hay en todo el viejo continente es un grupo de ¡golondrinas! americanas que crían en huecos de árboles... o en cajas nido, tan a gusto.

Algunas especies como la golondrina purpúrea apenas sí crían ya en ambientes naturales, de hecho. Muchas de las cajas nido de golondrina tienen además la curiosísima forma que veis en la foto, no por satisfacer algún capricho particular del ave, sino por tradición: aparentemente ya los nativos americanos colocaban en las paredes de sus casas... calabazas vaciadas para que estas aves les hicieran compañía, y con la forma de la calabaza se han quedado las cajas.
Norteamérica, como os decía, la tenía controlada. De China y Japón me ha sido difícil buscar información por motivos idiomáticos evidentes, pero allí también tienen carboneros, y me imagino que escenas como la de este carbonero variable japonés no deben de ser tampoco muy infrecuentes. No encontré nada acerca del uso "de jardín" de estas cajas en Sudamérica o África, sólo referencias a su utilización en programas de conservación de rapaces o loros. Por fin, en las Antípodas me encontré con gente que volvía a poner cajas nido en sus jardines movidos por el altruismo egoísta de tener los bichos cerca de casa. Sin embargo, por exigencias biogeográficas, los principales destinatarios de las mismas no son ya pajarillos, sino... loros. Y mejor aún: ¡marsupiales! Qué curioso me pareció...